Este movimiento ocupó prácticamente todo el s. XIX; aunque se considere que, sólo se extendió, de 1820 a 1850. Se caracterizó por la primacía de los elementos subjetivos sobre la razón, el ideal del artista romántico es expresar su mundo interior directa y sinceramente.
Características.- Los románticos rompieron con las rígidas formas del pasado y trataron de democratizar la música. Además, se basaron con frecuencia en melodías y formas musicales de raíz popular. Es por ello, que uno de los géneros más importantes del periodo es el lied, refinamiento artístico de la canción popular.
Además, la música romántica tiende a ser programática, o sea, pretende narrar directa o indirectamente una historia. A ello se debe el auge de la ópera y la creación de los poemas sinfónicos.
Un hecho importante durante el periodo romántico será la extinción de la figura del compositor adscrito al servicio de una iglesia o de un príncipe, algo que se mantuvo inmutable hasta Haydn y que incluso el mismo Mozart no logró romper sin graves consecuencias. Desde Beethoven, el compositor será un artista libre que compone por propia decisión y que asume una responsabilidad como creador independiente ante su sociedad. Aceptará el mecenazgo pero no la servidumbre y, en general, a lo largo de todo el siglo intentará ganar su vida como una profesión liberal por los ingresos que sus obras puedan proporcionarle.
También es de destacar la primacía del piano como instrumento por excelencia y la ampliación de la orquesta en busca de nuevas riquezas sonoras.
Compositores.- El romanticismo comienza con tres artistas de transición que vivieron entre los dos siglos: Rossini, Schubert, el músico que llevo el lied a su máximo nivel artístico, y Beethoven, una de las figuras más importantes de todo el arte universal.
Por otro lado, se encontraba Verdi, quien llevó la ópera italiana a su máximo esplendor, con su música poderosa, sincera y de gran inspiración melódica. La ópera alemana tuvo su gran figura en Richard Wagner, autor de sus propios libretos y creador de un mundo heroico, basado en la mitología germana. Además, transformó la ópera en drama musical.
El nacionalismo musical tuvo sus primeros exponentes en Franz Liszt, músico que revolucionó la técnica pianística y Fréderic Chopin, el compositor polaco más romántico de Europa.
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